Philos se encontraba disfrutando de la danza de los arboles que bailaban junto con el viento suavemente, hechizado por el dulce y tierno movimiento que el paisaje le brindaba demoró en percibir que junto a él se encontraba, también desde un corto lapso atrás, su pequeña hija de 7 años quien procuraba el silencio; se encontraba postrada paciente y absorta por tan tranquila actitud de su padre, como siempre, un tanto tímida.
Leer más: Cuando Sophie le preguntó a su padre sobre la reflexión
-¿Quién sois voz?- se escuchó desde el interior del templo... -El que a la puerta llama- respondió el hombre que se encontraba afuera, exhausto y a la vez henchido de la satisfacción de haber llegado hasta ese punto en particular.
... y de repente miro hacia el frente, no pronunció palabra, se quedo fijo observando el horizonte, tratando de descubrir que había más allá del alcance de su vista.
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