El contexto interior se compone de las primeras 3 preguntas: ¿Qué?, ¿Por qué? y ¿Para qué?. Estas preguntas buscan dar las bases para llegar al corazón y a la mente del auditorio.

Antes de continuar es recomendable leer el primer artículo: El Lienzo del Discurso. Una vez leído entonces es momento de continuar...
¿Qué quieres decir?
Lo que busca esta pregunta es tu idea principal, tu mensaje, lo que muchos autores mencionan como “tu voz”. Eso que quieres decir debe cubrirse entre 3 a 5 renglones máximo.
¿Por qué lo quieres decir?
Es imperativo ser consciente del motivo de tu discurso, de la justificación de tu idea principal, de donde viene la necesidad de plasmar tu mensaje, en otras palabras es el origen de “tu voz”. Ello te permitirá impregnar en tu discurso la emoción necesaria para llegar a los corazones de tu audiencia.
Existen otras preguntas que se encierran en este origen, por ejemplo: ¿Qué siento respecto al tema? ¿Qué fibras emocionales alcance éste tema en mí, que me motive a dar mi mensaje? ¿De donde viene la necesidad de plasmar mi idea?
¿Para qué lo quieres decir?
El objetivo general del discurso o de la presentación, así como el objetivo particular se manifiestan en esta pregunta, así podrás enfocar tus palabras y todas las herramientas necesarias para lograr dichos objetivos, las preguntas que surgen en este punto son: ¿Haces tu presentación para que el auditorio reflexione, se entretenga, se motive, sea informado? ¿Preparas tus argumentos para que tu audiencia actúe en base a una determinada postura?
Te recomiendo leer los siguientes artículos: El Lienzo de la Presentación., Contexto Exterior del LP y La séptima pregunta del LP
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