Muchos autores ponen énfasis en la importancia de la visión y el poder que se manifiesta cuando ésta se encuentra muy bien definida, por ejemplo:

Maxwell, en su libro titulado Líder de 360º escribe el desafío de la visión donde manifiesta que el líder necesita alinearse a la visión de la empresa donde labora de lo contrario la decisión más adecuada es dejar la organización.
Blanchard en su libro Liderazgo al mas alto nivel menciona que una visión convincente crea una cultura fuerte en la cual queda alineada la energía de todos los miembros de la organización. Esto genera confianza, satisfacción del cliente, una fuerza de trabajo vigorosa y comprometida, y rentabilidad.
John Pepper, CEO retirado de la compañía Procter & Gamble afirmó que la visión es valiosa en un extremo para estimular el espíritu, el sentimiento y el compromiso de nuestra gente.
Y como ellos, miles de autores tocan el tema de este concepto tan importante. Sin embargo para poder tener una visión clara, para poder inspirar o influir en los demás, se requiere entender que la visión se origina en algo más profundo; ya lo manifiesta la frase: “para poder saber a donde ir, primero se necesita saber donde estas y de donde vienes”. Es decir, la visión es apenas una parte de lo que define a una persona o a una institución y éstas no pueden cambiar el mundo si no se conocen a si mismas (ya sea la persona o la institución).
¿Cómo se manifiesta el reto de la identidad en un líder y qué riesgos se corren al no salir avante del mismo?
En lo individual, si no tienes claro qué es lo que te define, cuáles son los principios que regulan tu conducta, si no has aterrizado tu visión del futuro que quieres y te moitva a buscar siempre un crecimient, incluso en lo laboral; entonces siempre te encontrarás con frustaciones y en muchos de los casos no te darás cuenta de qué es lo que esta afectando tu felicidad.
En el caso de los negocios, si el colaborador no conoce la identidad de donde se labora, no podrá adquirir “amor por la institución” por lo que difícilmente “se pondrá la camiseta”; ahora bien si el colaborador tiene valores contrarios a los de la organización entonces se corre el riesgo de que se generen problemas de conducta, bajo rendimiento, actitudes desfavorables o un ambiente tenso; cosa que sucede a menudo y las personas no saben por qué. Es decir que, como empresa, el reto se manifiesta en impregnar la identidad en cada colaborador.
¿Qué hacer?
El aforismo “Conócete a ti mismo” que se encontraba inscrito en el templo de Apolo en Delfos (de ahí que viene la historia del Oráculo de Delfos) es uno de los más importantes para el hombre en si, no se diga para todo líder o empresa que debe, verdaderamente, definir su identidad. Entender lo anterior es el primer paso para vencer este desafío.
El siguiente paso radica en ser consciente de lo que te define, de lo que define a tus colaboradores (tu equipo) y a la empresa, además de entenderlo y asimilarlo también se añade compartirlo con los demás y contagiar en ellos el amor a dicha identidad, ya que en muchas ocasiones ni los propios empleados conocen la historia, los valores, la misión, ni la visión, entre otros conceptos que pueden dar forma a la esa "personalidad". Una vez conociendo a fondo la identidad de la organización en la que laboras habrás de preguntarte lo siguiente: “¿Ésta se alinea con la mía? ¿Los valores se complementan con los míos? ¿La misión y la visión ayudan a lograr las mías?
Si la respuesta a las interrogantes anteriores son positivas entonces es momento de “ponerte la camiseta” y sonreír pues este obstáculo ha sido vencido; de lo contrario vale la pena pensar lo que Maxwell propone.
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