Una de las interrogantes que se encuentran en la órbita del mundo del liderazgo des sobre la verdadera fuerza del liderazgo: ¿Debe el líder ser fuerte?
Desde mi punto de vista el líder habrá de tener fortaleza para cumplir con su misión, sin embargo el debate no radica en este enfoque, sino en la pregunta ¿Qué es fortaleza? o tal vez la verdadera pregunta deba ser: ¿Qué tipo de fortaleza debe tener un líder?
En uno de los cursos que hace años impartí en una empresa internacional, salió una supervisora que evitaba tener una platica "uno a uno" con cierto colaborador puesto que generaba en ella nerviosismo; inspirada en nuestro curso, a solo 2 sesiones, se animo a tener dicha conversación. Ella inicio la platica con esta persona haciendo una confesión, pues le expresó el nerviosismo que tenía; continuó la platica y tuvo una excelente experiencia.
Ahora bien, algunos podrán pensar que ella demostró debilidad... ¿Es eso cierto?
Frases como: "el no tiene carácter", "ella no es lo suficientemente fuerte", entre tantas otras más; me han invitado a formular la siguiente pregunta. ¿Cuál es la verdadera fuerza que un líder debe tener?
Veo que muchos piensan que para ser líder se debe tener "un" cierto temperamento frío, sólido, insensible, rígido, firme. Sin embargo creo fielmente que la verdadera fuerza no se expresa necesariamente en "ese temperamento" descrito aquí.
Veo la fuerza de cada individuo como única, ligada directamente a su esencia y a su personalidad; no es exclusiva de una firmeza que bien pudiese confundirse con la insensibilidad. Es decir, un ser sensible, emocional, puede ser un gran líder; al igual que lo puede ser un individuo con un temperamento un tanto frío.
En ocasiones aquellos que pensamos son fuertes porque pareciera que nada les afecta emocionalmente son los más débiles desde mi punto de vista pues pareciera que tienen miedo a sentir, a abrirse, pareciera que prefieren negar su dolor que a vivirlos y si ese es el caso se convierten en esclavos de sus propios temores ¿Cómo puede un esclavo; que abjura de si mismo por miedo a enfrentar su propia luz y oscuridad, que busca huir de sus propias emociones, de su propio dolor; considerarse verdaderamente fuerte?
Entonces ¿De qué depende su fortaleza o debilidad?
De su lealtad a sus ideales, a su personalidad, a su esencia. Es ahí donde realmente se distingue a un gran líder. Tener ese temple ante sus ideales y no cambiar por más que otros le critiquen; tener esa determinación de seguir un sueño, un ideal, una misión, ser su palabra. Esto es para mi, la verdadera fuerza que habita en aquel que llamamos líder.
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